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Martes, 6 de Mayo del 2025

El Eternauta, los derechos de autor y una batalla judicial que duró décadas

El Eternauta, los derechos de autor y una batalla judicial que duró décadas

Mientras la nueva serie de El Eternauta filmada íntegramente en Argentina conquista a nuevas generaciones y revive el espíritu de la obra original una disputa judicial que atravesó décadas también llega a su desenlace.
La Corte Suprema de Justicia reconoció que los herederos de Héctor Germán Oesterheld son los legítimos titulares de los derechos de autor y por ende los únicos con derecho a registrar y controlar el uso de la marca El Eternauta.
La historieta publicada por primera vez en 1957 con guion de Oesterheld y dibujos de Francisco Solano López no solo marcó un hito en la cultura popular sino que se transformó en un símbolo político una alegoría de la resistencia y de los años más oscuros de la historia argentina.
Durante la dictadura militar Oesterheld fue secuestrado y desaparecido al igual que sus cuatro hijas En 1982 su esposa Elsa Sánchez en medio de la desesperación y el duelo firmó un contrato cediendo los derechos de autor a Ediciones Record Años más tarde impulsó un juicio para anular ese contrato.
En 1994 la Justicia civil declaró la nulidad del contrato por considerarlo lesivo y celebrado en condiciones de extrema vulnerabilidad. El fallo quedó firme en 1996. Esa sentencia reconoció que la cesión se había realizado en un contexto de aprovechamiento por parte de la editorial.
Sin embargo Ediciones Record registró igual las marcas El Eternauta y El Eternauta con diseño La familia Oesterheld y Solano López iniciaron otro juicio esta vez para recuperar el uso exclusivo del nombre.
La Corte Suprema en 2018 resolvió que los derechos de autor y los derechos marcarios no pueden analizarse por separado y que la cosa juzgada ya había determinado que los herederos eran los titulares legales de la obra.
El fallo establece que si una marca reproduce el nombre de una obra literaria su titular debe ser el autor o quien cuente con su autorización lo contrario implicaría vaciar de contenido el derecho de autor y permitir que terceros lucren con una creación ajena.
Este reconocimiento judicial se vuelve aún más relevante con el estreno de la serie de Netflix que pone a El Eternauta nuevamente en el centro de la cultura nacional.
Defender los derechos de autor no es solamente proteger una propiedad intelectual es también garantizar la memoria de quienes crearon desde la pasión y muchas veces desde el dolor una obra que sigue hablándole al país.